Mujeres, pandemia como nos afecta

Que buena decisión tomamos allá por 2017 cuando impulsamos un espacio donde sólo escuchamos voces de mujeres. La mayoría de nuestras actividades son abiertas a quien quiera participar, pero esta nos la reservamos para nosotras.

Siempre hemos salido de estos encuentros con buen ánimo, con nuevos aprendizajes, con vínculos reforzados, con ganas de seguir avanzando.

En esta ocasión nos costó más salir de manera positiva pues el tema propuesto “Pandemia como nos afecta” teníamos mucho de lo que hablar. Compartimos sobre los cambios de estos últimos dos años, cambios en la convivencia familiar y comunitaria, en la salud, la economía, las violencias machistas. Como ha afectado al medioambiente, a las colectividades, a los cuidados..

Abrimos la ronda de palabras expresando nuestra preocupación por el avance de la ultraderecha, indudablemente la pandemia les ha favorecido, promueven la negación a la violencia de género y al cambio climático, dos temas claves para el movimiento feminista. Con esto tratan de tirar por tierra el trabajo que llevamos haciendo durante años, situando la vida en el centro, coeducando, corresponsabilizándonos, cuidando de personas y territorios.

A su favor también la pandemia, pues mientras se han ido lanzando y calando estos mensajes en la sociedad, los movimientos sociales, ocupados en las vulnerabilidades del entorno y las suyas propias, colectivas e individuales, no hemos podido dar una respuesta clara, contundente y visible, sumando, además, que los medios de incomunicación se han escorado, aún más, a la derecha, ninguneando o apenas visibilizando las protestas que se han sucedido en los últimos tiempos.

Nos quieren calladitas, que ya sabemos que estamos más guapas y así nos acepta mejor el sistema. Nos han inoculado en este tiempo el miedo, impacto al ver un virus que mata, nombrando cada día las cifras, impacto al quedarnos obligatoriamente en las casas cuidando de menores, atendiendo sus tareas del cole, cuidando de las personas dependientes y en algunos casos todo ello mientras teletrabajábamos.

Impacto al ver los militares en las calles, en las rotondas, con la megafonía insistiendo que nos quedáramos en casa.  

Impacto al ir a la compra y ver las colas, impacto al ver las calles vacías, impacto cuando salíamos por tramos horarios.

Estos impactos de los que hablamos y muchos otros que no recordamos están en nosotras, algunos visibles y otros en la sombra. De todo ello tenemos hoy consecuencias, sin embargo, la sociedad al completo nos incorporamos nuevamente como si nada al ritmo que nos impone el sistema, con mayor velocidad que antes ¿no te parece?

Todo este miedo sigue en nosotras, no lo hemos sanado, de ahí la importancia de expresarlo, de compartirlo, de escucharlo en otras compañeras, porque mientras hablamos de todos esos miedos impuestos, mientras bajamos a lo profundo, realmente nos invade el cuerpo una negatividad y un mal rollo tremendo, pero también nos encontramos con la rabia, rabia al ver cómo se ha tratado durante este tiempo a las personas, al comprobar como las administraciones ejercen violencia sobre ellas, sobre quienes estaban en las residencias, sobre las personas empobrecidas, con trabajo o sin él, sobre las personas migrantes, las que están en nuestro territorio y las que llegan cada día. Rabia al ver que cada día cientos de familias son desahuciadas de sus hogares y no hacen nada, les da igual la vida de las personas.

Rabia por el aumento de las violencias machistas, no solo en nuestro país sino en todos los territorios.  

Rabia porque los estados continúan multiplicando presupuesto para las armas y apenas lo suman para cubrir sanidad, educación, dependencia, bienestar.  

Rabia porque ahora mismo la mirada de todo el planeta se centra en un país al que poco le importa los derechos humanos, pero estos mismos humanos babean alienados mirando las pantallas porque es su “pasión”, mientras unos pocos se siguen llenando los bolsillos a costa del resto, sin importar el abuso, maltrato, explotación, tortura y muerte de cualquier forma de vida.

Toda esta rabia la estamos organizando, creando hilos, vínculos que vamos fortaleciendo poco a poco. Porque el capitalismo y el patriarcado avanzan, se reinventan y siguen su protocolo de explotación de la vida, toda la vida. Pero somos muchas las que trabajamos por cuidar esta vida que ellos tratan de destruir, por eso la noche la cerramos con palabras que nos dan esperanza: Estrategia, Oportunidad, Confianza, Fortaleza, Sororidad….y con una propuesta: 21 días para trabajar la positividad!