El Patriarcado Mata
Y lo hace lentamente.
Desde que naces y te etiquetan como mujer, como lo femenino, el peso del patriarcado cae sobre ti, no hablemos ya si transgredes las líneas de lo que se espera que debes decir o hacer.
Los malestares que las mujeres sentimos por la opresión en este sistema nos van matando poco a poco. Primero lo sentimos en nuestro propio cuerpo. Luego, al expresarlo ante otras personas, observamos como miran para otro lado, pocas nos miran de frente, sólo las que reconocen en ellas mismas lo que contamos. Si accedemos al sistema sanitario lo primero que nos hacen es drogarnos legalmente, si nos mantenemos calladitas y sumisas, nos continúan dando la droga, si no, nos encierran, nos atan, nos agreden, nos mandan a callar a gritos y en algunos casos, si no pueden contenernos, si no encuentran solución, nos meten electroshocks.
Y es así como nos recalcan que calladita estamos más guapas. Que si no hacemos las cosas como dios manda, ya están ellos para mandar, los psiquiatras, los médicos, los de la bata blanca que saben bien lo que nos sucede porque ellos son los que tienen conocimientos y punto. Ellos hablan en nombre de la ciencia.
El cuerpo sustituye a la palabra no dicha, así aparece el dolor, el sufrimiento, la agonía, el suicidio. Falta de escucha, de empatía, de arropo.
Todo es tabú.
Durante dos días en las Jornadas Mujeres sufrimiento psíquico y suicidio, una mirada feminista, varias mujeres abordaron la salud mental desde experiencias personales, individual o colectivas. Una a una fueron mostrando sus vivencias, la humillación sentida, el desprecio de la sociedad, incluso de las personas más allegadas, sus denuncias, sus luchas, su modo de organizarse ante este sistema que nos enferma.
En el siglo XX se llamaba histeria, en el siglo XXI se llama trastorno límite de la personalidad. Así la ciencia nos quiere tener controladas, infladas a pastillas, drogadas, impidiendo una rebelión. Porque si fuéramos conscientes de lo que verdaderamente nos pasa, nos escucharíamos, a nosotras mismas y a las que nos rodean, nos organizaríamos, tejeríamos redes de apoyo mutuo y tiraríamos el sistema abajo….quizá esto ya está sucediendo….algo de esto vienen haciendo ya algunas mujeres y seguro que en estas intensas jornadas semillas de revolución se sembraron en muchas de nosotras.
EL PATRIARCADO VA A CAER!
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