La violencia se normaliza cuando un evento generado para un grupo determinado de personas se organiza sin contar con ellas.
La violencia se normaliza cuando no sólo no se cuenta con esas personas sino que, además, quienes participan apenas tienen espacio previo para aportar desde su visión.
La violencia se normaliza cuando en dicho acto nadie gestiona o revisa qué materiales y recursos se van a transmitir.
La violencia se normaliza cuando en el evento ellos ocupan los espacios en movimiento y ellas están quietas dejándose maquillar.
La violencia se normaliza cuando en un espacio para rapear, cada vez que se hace un insulto homófobo, misógino, machista o racista, el público presente, los propios participantes, e incluso el jurado del acto jalea y arenga con voces, risas y brazos en alto.
La violencia se normaliza cuando quienes son responsables de este acto, viendo y escuchando todo esto, se muestran incapaces de reconducir la situación, o incluso detener todo.
La violencia se normaliza cuando personas políticas municipales graban videos que luego no publican porque reconocen que dicen palabras muy duras, siendo, con su silencio, cómplices.
La violencia se normaliza cuando uno de los pocos vídeos que se publica en redes está precisamente grabado después de un toque de atención a quienes están en el escenario para que no continúen en la línea de insultos.
La violencia se normaliza cuando las personas políticas responsables expresan una vez acabado el evento, que ha sido todo un éxito, obviando todas estas violencias detalladas anteriormente, una tras otra.
La violencia se normaliza cuando algunas personas comienzan a denunciar públicamente lo ocurrido, obteniendo como única respuesta que se mejorará para el próximo año.
La violencia está tan normalizada que a muchas personas de las que allí estaban, lo que veían y escuchaban no les parecía violencia, es más, incluso les divertía.
Y esto es grave, muy grave.
Si el objetivo inicial era “generar un espacio para crear conciencia sobre desafíos, problemas a los que se enfrentan en nuestro territorio… para crear oportunidades y estrategias comunes “
El objetivo final ha quedado muy claro: Trabajar de manera transversal y urgente para crear Espacios libres de Violencias. Mucho por hacer.